“Detesto a la gente que tiene perros. Son cobardes que no tienen las agallas para morder a la gente ellos mismos.” -August Strindberg, A Madman$0027s Diary
El American Pit Bull Terrier es quizás el animal más infame del planeta. Prohibido en muchos países y altamente regulado en otros, persisten los rumores de que este perro es un asesino implacable. El arma más temible del pit bull es su mordedura; muchas fuentes afirman que la mandíbula de este perro puede bloquearse en su lugar, pero de hecho, la estructura de la mandíbula de un pit bull no es diferente a la de cualquier otro perro.
Explicación completa
Durante años, un mito muy insidioso y penetrante ha rodeado al pit bull: Supuestamente, a diferencia de cualquier otra raza de perro, sus mandíbulas pueden cerrarse. Otras fuentes afirman que tiene la fuerza de la mandíbula de un cocodrilo, muchos miles de libras de presión por pulgada cuadrada. Ambas afirmaciones son totalmente absurdas, la fuerza de la mordida de un perro depende casi totalmente del tamaño del cráneo. Por lo tanto, los mastines gigantes tienen la mandíbula más aplastante. El pit bull, sin embargo, posee enormes músculos temporales (que hacen que sus mejillas sobresalgan a ambos lados de su cabeza). Los estudios de la fuerza de la mandíbula indican que la mordida del pit bull es de una fuerza comparable a la de otros perros de su tamaño.
¿Cómo explicar entonces las devastadoras heridas que este típico animal de naturaleza dulce puede infligir frente a los ataques de los pastores alemanes o los chow chows? Según los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU., los perros tipo pitbull matan a más personas que cualquier otra raza, y los encuentros a menudo se comparan con los ataques de tiburones. La mordedura devastadora del pit bulls es más una función de su determinación (o juego) que de su fisiología. Para entender realmente el pit bull, uno debe primero entender el concepto de “juego”, un rasgo por el cual los perros de pelea han sido criados durante siglos. Un perro de caza luchará a pesar de las lesiones más graves: huesos rotos, choque hipovolémico o carne desgarrada. Un perro de “juego muerto” luchará hasta que el último aliento haya dejado su cuerpo.
Por lo tanto, cuando un pitbull asegura una mordida, a menudo se niega a renunciar a su control, incluso bajo la amenaza de dolor. Cuando otro perro muerde y suelta, un pitbull se aferra implacablemente. En circunstancias más inocentes, esto se demuestra a menudo por los perros que cuelgan de las llantas en sus patios. Aquellos que tienen pit bulls a menudo tienen “palos de rotura” en la mano, cortos tramos de madera que pueden ser insertados detrás de las muelas de un perro que muerde, lo que le obligará a abrir la boca en caso de una pelea.
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