“La actitud hacia los niños lobo en Lituania fue todo menos unida. En algunas casas, cocinaban una gran sopa para los refugiados todos los días. En otras, sin embargo, los granjeros desencadenaron a sus perros”. -Ruth Leiserowitz
Cuando el Ejército Rojo tomó el control de Prusia Oriental al final de la Segunda Guerra Mundial, miles de niños huérfanos se vieron obligados a huir de las ciudades y entrar en el bosque en busca de comida y refugio. Se les conoció como “niños lobo” porque viajaban en manadas y hacían viajes nocturnos regulares entre Alemania, Polonia y Lituania para evitar ser detectados por los soviéticos.
Explicación completa
Cuando se hizo evidente que el Tercer Reich iba a caer, Hitler hizo cumplir una ley que impedía a los ciudadanos salir de Alemania. La ley hizo sufrir a muchas familias y miles de niños huérfanos fueron obligados a huir. Los niños se unieron, formaron pequeñas comunas y se hicieron conocidos por “mendigar, trabajar duro y robar” comida para mantenerse vivos.
Los grupos de niños tenían que evitar la detección soviética, además, si eran capturados, se verían obligados a trabajar para Rusia. En algunos casos, los granjeros lituanos ofrecían a los niños comida a cambio de trabajo. Los más afortunados fueron adoptados por familias agradables y crecieron en Lituania. Los lugareños los llamaban “Vokietukai” (“pequeños alemanes”) y miles de niños se establecieron en el país después de la guerra.
Las historias que documentan a los niños lobo no llegaron al público en general hasta la disolución de la Unión Soviética, que tuvo lugar el 26 de diciembre de 1991. Después de la Segunda Guerra Mundial, la postura oficial de los soviéticos fue que ningún alemán vivía en las zonas ocupadas de Polonia, Alemania y Lituania. Hoy en día, aproximadamente 100 niños lobo siguen viviendo en Lituania como adultos. Algunos han tratado de recuperar la ciudadanía alemana, pero el gobierno alemán ha rechazado las solicitudes. Lituania, por otro lado, ha acogido a estas personas y les ha proporcionado una pensión.
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