Los humanos en realidad tienen cuatro fosas nasales, las dos fosas nasales que conocemos en el exterior y dos fosas nasales internas, llamadas “choanae”. Sin nuestras fosas nasales externas e internas funcionando juntas, no seríamos capaces de respirar por nuestras narices.
Explicación completa
Sí, los humanos tienen cuatro fosas nasales. También lo tienen muchos reptiles y mamíferos. Pero la historia detrás de cómo llegamos a adquirirlos es larga. Los primeros peces (y muchos de los modernos) tienen las cuatro fosas nasales en el exterior y durante décadas la pregunta de cómo los humanos llegaron a tener dos fosas nasales internas y dos externas fue un misterio, hasta que se descubrió un fósil que parecía responder al enigma.
Kenichthys campbelli es un fósil de pez que parece mostrar la evolución del pasaje nasal en un punto medio, con dos fosas nasales entre los dientes frontales. Esto apoya la teoría de que mientras las dos fosas nasales que conocemos se quedaron en el exterior, el otro conjunto se movió lentamente a través de los dientes y la paleta para convertirse en lo que ahora se llaman “choanae”.
Algunos creían anteriormente que los choanae no evolucionaban y se movían a través de los dientes, pero teorizaban tal vez que se desarrollaban separadamente a las cuatro fosas nasales externas. Sin embargo, no se han descubierto animales o fósiles que muestren cuatro fosas nasales externas y dos internas, por lo que esta idea sigue siendo una teoría.
¿Y qué hacen estos choanae? Lo más importante es que juegan un gran papel en nuestra capacidad de respirar por la nariz. Incluso cuando nuestras fosas nasales exteriores parecen funcionar, los daños o defectos en las choanae pueden impedir la respiración nasal en su conjunto. Los recién nacidos tienden a preferir instintivamente respirar por la nariz en vez de por la boca. Pero los que tienen las fosas nasales bloqueadas, o atresia choanal, comenzarán a ahogarse cuando se amamanten y sólo podrán respirar adecuadamente cuando su boca se aclare. Los peces sólo usan sus fosas nasales por razones olfativas, lo que significa que pueden oler a través de ellas pero no pueden usarlas para respirar. Muchos científicos creen que las fosas nasales evolucionaron originalmente en las criaturas marinas para permitirles tomar más oxígeno sin tener que salir constantemente a la superficie, una habilidad que finalmente les ayudó a evolucionar hasta lo que somos hoy.
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