“Entonces, ¿quieres dar un salto de fe? ¿O convertirte en un anciano, lleno de arrepentimiento, esperando morir solo?” -Saito, Inception
Algunas personas no se contentan con escalar el Monte Everest; miles ya lo han hecho. Tiene que haber aventuras más grandes. En abril de 2011, Babu Sunuwar, un kayakista, y el sherpa Lakpa Tsheri, un montañero, no sólo conquistaron el Everest sino que volaron en parapente desde su cima, y luego caminaron y navegaron en kayak a través de algunos de los territorios más implacables del mundo para llegar a la Bahía de Bengala en la India en una prueba que ha sido apodada “El Descenso Definitivo”.
Explicación completa
En 2010, después de su tercer ascenso al Monte Everest, el sherpa Lakpa Tsheri buscaba un desafío. Había visto parapentes y soñaba con flotar desde la cima del Everest, el “techo del mundo”. Tomó uno prestado y lo probó ese octubre, saltando desde la cima de una colina y estrellándose contra un árbol. Mientras buscaba a alguien para arreglar su parapente, el destino intervino cuando se encontró con un viejo conocido llamado Babu Sunuwar, un kayakista. Babu arregló el parapente y pronto los dos planearon una fantástica aventura que requeriría de cada una de sus respectivas habilidades.
Seis meses después, la pareja subió a la montaña con un presupuesto escaso, sin patrocinadores millonarios o corporativos. Lakpa condujo la carga, motivando a su amigo, que no tenía experiencia. Luego volaron en parapente desde la cima, estableciendo el nuevo récord mundial de vuelo libre al descender 5.000 metros en 45 minutos para aterrizar en Namche Bazar, una aldea Sherpa, donde se les dio una bienvenida victoriosa.
Después de su aterrizaje, la pareja bajó en kayak por los furiosos rápidos del río Sun Kosi. Lakpa tenía poca experiencia en kayak y no sabía nadar, pero perseveraron. Cuando volteaban de vez en cuando, aprendía a no entrar en pánico y a esperar que Babu lo recuperara. Lentamente, se abrieron camino a través de Nepal por el Ganges hacia la India. Aquí experimentarían un gran choque cultural al ver los cadáveres de los hindúes muertos en el río junto a ellos.
Fue un viaje lleno de riesgos: En un momento dado, la pareja fue robada a punta de cuchillo. Entregaron su dinero, pero se les permitió quedarse con su cámara. Después, pudieron escuchar una lancha a motor detrás de ellos. Los ladrones aparentemente no estaban satisfechos con su botín, y se vieron obligados a esconderse por una noche. Babu y Lakpa fueron atacados por enjambres de insectos y tuvieron que sobrevivir con lo que podían obtener de los árboles frutales. Tenían dificultad para respirar a baja altura después de vivir en el Himalaya toda su vida. Y sin embargo, tres meses después de comenzar, remaron hacia la Bahía de Bengala, donde se encontrarían con su último pincel de terror: “escorpiones rojos gigantes” que pululaban por las playas. Sólo más tarde los hombres aprenderían que estas bestias mortales no eran más que cangrejos.
Más información
Desde el Everest hasta el mar: El último descenso
NatGeo: Aventureros del Año de People$0027s Choice.
Cumbre al Mar