Hace dieciséis siglos, el cristianismo finalmente llegó a Grecia, arrasando con las antiguas religiones. Hoy en día, alrededor del 98 por ciento de los griegos se identifican como cristianos ortodoxos, con el 2 por ciento restante compuesto principalmente por musulmanes y un puñado de judíos. Sin embargo, hay un número creciente de griegos que se oponen a las religiones abrahámicas, no a favor del hinduismo, el budismo o incluso el ateísmo, sino a favor de Zeus.
Explicación completa
En 2007, la ex ejecutiva de publicidad Doreta Peppa logró hacer algo que nadie había hecho en 1.600 años. Vestida con túnicas blancas y llevando un par de palomas blancas, realizó una ceremonia pagana en el Santuario del Zeus Olímpico. Como representante de Ellinais, una organización dedicada a revivir las antiguas formas griegas de culto, se convirtió en la primera sacerdotisa en celebrar tal ceremonia desde los días del Imperio Romano Cristiano. El efecto fue apocalíptico.
Indignada por esta flagrante violación de la ley griega, la Iglesia Ortodoxa se lanzó a la propaganda. Peppa y los otros paganos fueron denunciados en sermones y comunicados de prensa. Los medios de comunicación fueron al ataque. El estado griego incluso envió a la policía antidisturbios a la ceremonia, aunque no intervinieron. Para muchos, las oraciones y cantos rituales de Peppa no eran más que un desvergonzado truco publicitario para una pequeña organización que se negaba a arrastrar su sistema de creencias al pasado.
En los siete años desde la ceremonia ilegal de Peppa, la opinión ha cambiado dramáticamente. Hoy en día, cientos de miles de griegos de todas las clases sociales adoran abiertamente a los viejos dioses. Académicos de izquierda, nacionalistas griegos de derecha, tipos de la nueva era y ambientalistas se reúnen bajo la bandera helenística. En todo el país, el grupo celebra ceremonias y organiza juergas nocturnas para la gloria de Zeus. Incluso consideran que Grecia está bajo ocupación cristiana y abogan por el retorno a las antiguas tradiciones.
Muchos académicos, sin embargo, han afirmado que los nuevos helenos interpretan a los antiguos demasiado liberalmente. Para empezar, no participan en el sacrificio de animales; un componente esencial de las antiguas ceremonias olímpicas. También está el hecho de que las filosofías y principios de estas antiguas religiones son bastante incompatibles con la vida moderna. Pero por más contradictorio que sea, el culto pre-cristiano está creciendo en Grecia a un ritmo fenomenal. Sus líderes esperan incluso un reconocimiento legal en los próximos años. Para el estado griego y la Iglesia Ortodoxa, eso puede ser una libertad demasiado lejana.
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