“Sólo cuando toma la forma de una adicción física el sexo es malo”. -Aldous Huxley, Fin y Medio
León Tolstoi fue un gigante literario conocido por sus obras épicas como Guerra y Paz y Anna Karenina . También tenía opiniones extremas sobre el sexo más tarde en la vida, lo que puede haber sido una reacción a su comportamiento sexual de gran alcance cuando era joven.
Explicación completa
León Tolstoi es bien conocido por escribir epopeyas literarias, pero lo que mucha gente no se da cuenta es que sus obras posteriores fueron mucho más didácticas. Cuando Tolstoi era un joven rico, le gustaba apostar, beber y pasar mucho tiempo en compañía de mujeres hermosas, incluyendo prostitutas. Sin embargo, aunque su apetito sexual nunca se desvaneció, Tolstoi comenzó a molestarse por su propio comportamiento mujeriego y decidió hacer un cambio. Cortejó a una encantadora joven llamada Sofía, pero antes de casarse quería ser totalmente sincero con ella, así que le enseñó un diario que explicaba todos sus encuentros sexuales pasados, incluyendo las reclamaciones de un hijo ilegítimo. Aunque Sofía todavía se casó con él, el diario fue un gran shock para ella e incluía un pasaje explicando su contracción de gonorrea.
Plagado de sus propios demonios internos, Tolstoi recurrió a la palabra escrita para encontrar consuelo. Escribió una novela llamada La Sonata de Kreutzer sobre un hombre que asesina a su esposa porque sospecha que ella lo está engañando. En la historia, el hombre que asesina a su esposa narra su historia a otro pasajero, y explica la nueva filosofía de Tolstoi sobre el sexo. El narrador, que suele ser visto como un sustituto de Tolstoi, hace un largo monólogo sobre las mujeres que tientan a los hombres con sus reveladoras ropas y los males del sexo en general. Mucha gente encontró la historia un poco exageradamente ridícula, ya que Tolstoi esencialmente dice que el sexo está mal y culpa a las mujeres por sus impulsos. Por supuesto, se le enviaron abundantes cartas para aclarar su postura sobre el tema, y confirmó que efectivamente estaba de acuerdo con el personaje de su novela. Explicó que su verdadero ideal sería un mundo donde no hubiera matrimonios ni sexo. Aunque esto obviamente llevaría al fin de la raza humana, lo reconoce pero explica que su argumento aún tiene sentido porque es un “ideal”.
Sin embargo, según la esposa de Tolstoi, el hombre no era muy bueno para practicar nada de lo que predicaba y la trataba muy mal. No podía guardar sus creencias para sí mismo, sino que se aseguraba de hacerlas cumplir a su esposa. Sus opiniones extremas sobre el sexo también la mantenían confinada durante una gran parte del tiempo. Los dos tenían 13 hijos juntos y él sentía que si su esposa estaba amamantando, entonces estaba mal que ella saliera de la casa o que realmente fuera a cualquier parte. También se negó categóricamente a tener sexo con su esposa si estaba embarazada, amamantando o algo de esa naturaleza. Desafortunadamente, parece que Tolstoi nunca superó completamente sus demonios internos, pero si no fuera por la pasión que lo impulsaba, tal vez nunca hubiera escrito los clásicos literarios por los que es conocido hoy en día.
Más información
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Crédito de la foto destacada: Ilya Repin