Audrey Munson era conocida como la “Venus Americana”, una hermosa joven que sirvió como modelo para más de 20 artistas diferentes. En 1915, tuvo el dudoso honor de ser la primera mujer desnuda en una película no pornográfica. En 1919, se vio envuelta en un escándalo de asesinatos que arruinó su carrera y destruyó su cordura.
Explicación completa
En 1906, Audrey Munson, de 15 años, fue descubierta en las calles de Nueva York y presentada al escultor Isidore Konti. Ella accedió a modelar para él, y finalmente pasó a trabajar con una serie de artistas. Epítome de la belleza clásica griega, su imagen permanece en equilibrio sobre varias estructuras hasta el día de hoy, incluyendo el Edificio Municipal de Manhattan, que cuenta con una estatua dorada llamada “Orgullo Cívico” creada por Adolph A. Weinman. Mientras que las estatuas moldeadas a semejanza de Audrey se pueden encontrar en todo Estados Unidos, hay más de una docena sólo en Nueva York.
En 1916, Munson se diversificó, mudándose a California para trabajar en el cine mudo. Apareció en Inspiración en una dramatización de su propia carrera, como modelo de escultor desnudo. Se cree que Audrey fue la primera mujer desnuda filmada de forma no pornográfica. Ella trabajaría en cuatro películas diferentes, de las cuales sólo una sobrevive hasta hoy. En 1919, regresó a Nueva York, quedándose en una casa de huéspedes propiedad del casado Dr. Walter Wilkins. No está claro exactamente cuál era su relación con Wilkins. Audrey dejó la pensión, y poco después, Wilkins asesinó a su esposa Julia para liberarlo del matrimonio con la Sra. Munson.
Al ser interrogada por la policía, Audrey les dijo que Wilkins estaba obsesionado con ella, y que se había mudado de la casa de huéspedes a petición de Julia. La policía estaba contenta de que Audrey no tuvo nada que ver con el asesinato. Wilkins fue condenado por asesinato y sentenciado a morir en la silla eléctrica, pero se ahorcó en su celda. Aunque pudo haber escapado de los cargos, la carrera de Audrey Munson fue destruida por el escándalo resultante, y se vio obligada a vender utensilios de cocina de puerta en puerta para sobrevivir. En 1922, intentó suicidarse bebiendo bicloruro de mercurio (usado en ese momento para el tratamiento de la sífilis). Sobrevivió, pero en la década siguiente la encontró sumida en la locura, convencida de que había algún tipo de conspiración contra ella. Para 1931, se había vuelto tan desquiciada que un juez la envió al Hospital Estatal de St. Lawrence para el resto de su vida. Murió allí en 1996 a la edad de 105 años.
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La chica debajo del dorado…
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