“Lo primero que hizo el gorila fue rasgar mis jeans y morderme en las nalgas.” -El ladrón Isaac Mofokeng
Max, un gorila en Sudáfrica, fue disparado cuando un ladrón entró accidentalmente en su recinto en el zoológico de Johannesburgo. Cuando Max derribó al ladrón de todos modos, se convirtió en una mascota nacional en la lucha contra el crimen y fue muy popular hasta su muerte en 2004.
Explicación completa
En 1997, un ladrón armado llamado Isaac Mofokeng trataba de escapar de la policía cuando se topó con el zoológico de Johannesburgo. Mientras huía, sin darse cuenta saltó al recinto de los gorilas. Max, un gorila macho de 418 libras estaba descansando dentro, junto con su compañera, Lisa. Temiendo por su vida, Max atacó a Mofokeng, que le disparó dos veces en el hombro y una en el cuello. Sin inmutarse, agarró al ladrón, le quitó el arma de las manos y lo inmovilizó contra la pared, mordiendo y golpeando a Mofokeng.
La policía llegó poco después e intentó liberar a Mofokeng, que estaba en peligro de morir. Dos de los policías fueron atacados por Max también. (Mordió a uno de ellos en las nalgas para evitar que alguien se sintiera excluido.) Las autoridades sometieron al gorila y lo llevaron a un hospital local, donde le quitaron la bala del cuello (pero dejaron la bala en su hombros porque pensaron que sería demasiado peligroso operarlo). Después de recuperarse totalmente, Max se convirtió en un icono nacional para los que estaban hartos de las tasas de delincuencia increíblemente altas de Sudáfrica.
La policía local le dio un chaleco antibalas honorífico, que era demasiado pequeño, y se convirtió en un portavoz de la prevención del crimen y la concienciación. Fue muy popular en el zoológico de Johannesburgo, donde vivió el resto de su vida, hasta que murió tranquilamente mientras dormía en 2004. (Mofokeng terminó siendo condenado a 40 años de prisión, ya que era un criminal de por vida).
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