En abril de 1986, la central nuclear de Chernóbil experimentó la peor fusión de la historia. En 25 años, el sitio empapado de radiación se ha convertido en un parque de vida silvestre accidental.
Explicación completa
Justo después de la medianoche del 25 de abril de 1986, el reactor de Chernóbil No. 4 entró en fusión. En el siguiente caos, más de 100.000 kilómetros cuadrados de tierra fueron contaminados, 350.000 personas fueron desplazadas, y nubes de polvo radiactivo fueron arrojadas al cielo. Cuando las autoridades cerraron el área, se especuló que nada podría vivir allí durante miles de años, y entonces ocurrió algo inesperado.
A los 20 años de la fusión, Chernóbil se había convertido en un parque de vida silvestre accidental. En ausencia de los seres humanos, los animales locales estaban prosperando y las viejas especies que no se habían visto en décadas habían regresado. Linces, osos e incluso alces regresaron a la zona. Lo más sorprendente de todo, ninguno de ellos sufría los efectos del envenenamiento por radiación. En todos los años transcurridos desde entonces, sólo se ha encontrado un solo ratón con síntomas de cáncer.
La alucinante conclusión es que un desastre nuclear en toda regla es en realidad menos dañino para la vida silvestre que la simple existencia humana. En 1986, la incursión humana significó que sólo quedaban 100 búhos reales en toda Ucrania. Para 2006, habían establecido una colonia en Chernobyl y actualmente están floreciendo. A la luz de esta evidencia, se ha sugerido incluso que los hábitats en peligro de extinción sean rociados con desechos nucleares para mantener a los humanos a raya.
Actualmente, Chernóbil permanece más o menos fuera de los límites de la gente. Extrañamente, el desastre nuclear responsable de esta decisión puede resultar ser lo mejor que le haya pasado al lugar.
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