“Cuanto más oculto está el veneno, más peligroso es”. -Margeurite de Valois
Aunque parecen bastante inofensivas, todas las especies conocidas de pulpos y sepias, y algunas especies de calamares, son venenosas.
Explicación completa
Si alguna vez has cogido un pulpo de la orilla del agua y has sentido un pequeño pinchazo, tenías razón al pensar que te había mordido, pero puede que no te hayas dado cuenta de que también te estaba dando una inyección de veneno. El descubrimiento de que todos los pulpos y sepias son venenosos es muy reciente. En 2009, los científicos australianos que investigaban cómo varias especies de pulpos mataban a los mariscos se dieron cuenta de que estaban usando veneno. Extendieron sus investigaciones y pronto encontraron que todas las especies que miraban eran iguales.
El veneno en sí es muy similar al fugu y a algunas neurotoxinas de serpiente, aunque obviamente mucho más suave. Además, las serpientes inyectan su veneno, los pulpos no. Usan sus picos para hacer agujeros en los caparazones de los crustáceos y luego depositan (“escupir” es la palabra menos científica) una dosis. Puede que no se necesite mucho para noquear a un molusco sedentario, pero algunos llevan su propio arsenal de armas de autodefensa, así que un poco de veneno ayuda.
La única especie que se sabe que es peligrosa para los humanos es el pulpo de anillo azul que se encuentra en el sur de los océanos Índico y Pacífico, particularmente alrededor de Australia. Con sus brazos extendidos, uno grande es del tamaño de un platillo de té y vive en los arrecifes costeros donde su apariencia moteada lo disfraza perfectamente. Sólo cuando es desafiado muestra sus pulsantes y brillantes anillos azules. No existe un antídoto, pero las muertes son raras: sólo se han registrado tres en el último siglo. El síntoma más común es la parálisis severa.
La relativa suavidad del veneno de otros pulpos explica por qué permaneció desconocido durante tanto tiempo. La mordedura de los pulpos, incluso los bastante grandes, es inocua y no suele tener ningún efecto visible, por lo que la idea de que pudiera estar inyectando veneno habría sonado descabellada. Los pulpos también tienen la reputación de ser una de las criaturas más gentiles de la orilla del mar, que no molestan a nadie mientras yacen en los bajíos.
Hay unas 300 especies de pulpo conocidas por nosotros, que van desde el Wolfi, de apenas un centímetro de largo, hasta el gigante del Pacífico, que puede tener una envergadura de cuatro metros. Cada año se descubren nuevas especies de pulpo, lo que es una excelente noticia. Los científicos médicos están especialmente contentos. El veneno de los animales se está utilizando en medicamentos para tratar el cáncer, la diabetes, la hipertensión y una serie de otras enfermedades, así que descubrir el veneno del pulpo es como entrar en una licorería y encontrar una pared de cervezas de la que nunca habías oído hablar. Por supuesto, también significa que un día tendremos que reclasificar al pulpo de anillos azules como el segundo cefalópodo más peligroso.
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