En los primeros tres meses de embarazo, las mujeres producen un excedente de glóbulos rojos y hormonas para apoyar al feto. Algunos estudios han indicado que los cambios pueden dar a las mujeres una ventaja en el rendimiento deportivo. En la década de 1970 comenzaron a circular rumores de que Alemania Oriental estaba obligando a sus atletas a quedar embarazadas antes de los Juegos Olímpicos para aprovechar los cambios hormonales. La práctica se conoció como dopaje del aborto y fue investigada por el Comité Olímpico.
Explicación completa
El cuerpo de una mujer sufre una serie de cambios una vez que está embarazada. Con el fin de apoyar al feto, ella produce un suministro natural de glóbulos rojos. Las células son ricas en hemoglobina transportadora de oxígeno y pueden mejorar la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno a los músculos. El aumento del flujo sanguíneo puede dar potencialmente a las mujeres embarazadas una ventaja en la capacidad aeróbica y la posibilidad de correr más tiempo, nadar más rápido o andar en bicicleta con más resistencia. Durante el embarazo, las mujeres experimentan un aumento de las hormonas progesterona, estrógeno y testosterona, lo que les da más fuerza y poder. Las madres también experimentarán un aumento de la relaxina, que afloja las articulaciones de la cadera y mejora la movilidad de las articulaciones.
En la década de 1960, Alemania Oriental comenzó a dominar los Juegos Olímpicos y capturó un gran número de récords mundiales. Se reveló que el gobierno había obligado a muchos atletas a tomar esteroides. En 2005, 190 competidores de Alemania oriental presentaron una demanda contra el gobierno en un intento de obtener reconocimiento por el abuso, que causó numerosas afecciones médicas.
En la década de 1980, la gente se escandalizó después de que salieran a la luz las acusaciones de que los atletas de Alemania del Este se veían obligados a quedarse embarazadas antes de las Olimpiadas para aprovechar los cambios hormonales. Las mujeres interrumpirían el embarazo después de tres meses. La historia se conoció como el “escándalo del aborto y el dopaje” y fue investigada por el Comité Olímpico en 1988. Nunca se probó que las acusaciones fueran ciertas, pero el dopaje en el aborto está oficialmente prohibido por las reglas olímpicas.
La regla es controvertida y nunca se aplicará porque no es ilegal quedarse embarazada. El Dr. David James, un investigador de la Universidad de Gloucester, dice que los efectos del embarazo en el rendimiento son difíciles de estudiar. “Los investigadores y las mujeres embarazadas no están entusiasmados con participar en estudios en los que podrían poner en peligro a los bebés. En consecuencia, hay pocos hallazgos confirmados sobre el tema”.
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