“El paciente descrito era un hombre que quería quitarse una de sus piernas. La descripción resumía episodios cruciales en la vida del paciente que se pensaba que eran el origen del deseo: la visión de un niño con una pierna de madera durante la infancia, la atracción hacia este niño y la idea de que representaba la felicidad plena”. -Estudio sobre la apotemofilia (excitación ante la idea de convertirse en amputado)
Existe una condición psicológica llamada trastorno de identidad de la integridad corporal (BIID) que lleva a los enfermos a creer que tienen extremidades que no deberían estar ahí y que se sentirían más felices sin ellas. Se ha sabido que los pacientes organizan accidentes o se someten a procedimientos médicos para intentar cumplir su deseo de convertirse en amputados. También puede haber un componente sexual en la condición por la que el enfermo se excita por la imagen que tiene de sí mismo como amputado.
Explicación completa
El trastorno de identidad de integridad corporal (BIID) es el nombre común de una condición inusual, presumiblemente rara, que lleva a los que la padecen a actuar de forma extrema en un esfuerzo por convertirse en un amputado. Es análogo a -aunque más extremo que- otros trastornos de la imagen corporal como la anorexia y la dismorfia corporal (obsesión irracional por la apariencia). William Adams, al escribir en Psychology Today, compara la condición con los sentimientos que un individuo no afectado tendría hacia un tercer brazo.
La causa del BIID aún no se ha establecido, pero se han observado sus síntomas. Aunque la teoría más comúnmente propuesta afirma que los enfermos tienen un mal funcionamiento en el lóbulo parietal del cerebro, esta teoría ha atraído muchas críticas.
Fundamentalmente, alguien con BIID siente que uno o más de sus miembros no deben ser parte de ellos. A pesar de la presencia de todos sus miembros, se identifican como amputados. La presencia de la extremidad o extremidades es una fuente de angustia. Como resultado de ello, los afectados quieren desesperadamente que les quiten el miembro. Por lo general, el enfermo sabe qué miembro ya no quiere, aunque en algunos casos se ha observado un cambio de preferencia.
No es de extrañar que los que sufren con el BIID lo mantengan muy privado y normalmente se avergüenzan de su condición debido a su rareza. Desafortunadamente, la percepción de lo extraño de la condición lleva a sentimientos de aislamiento entre los que la padecen. Dado que tener la condición puede ser a veces una fuente de depresión, quitar el miembro es visto como una salida.
Además, algunas personas con BIID pueden experimentar apotemnofilia. Esto se define como la excitación sexual ante la idea de convertirse en un amputado. Sin embargo, este no es un factor en la mayoría de los casos conocidos.
Aunque se han realizado algunas investigaciones en este campo, todavía no sabemos exactamente qué causa la enfermedad o cómo tratarla eficazmente. Existe un debate sobre si es ético que un cirujano realice una amputación en un miembro sano. Obviamente, los cirujanos no están entusiasmados con la realización de tales procedimientos. Sin embargo, si no lo hacen, el paciente puede causar suficiente daño a su miembro no deseado, de modo que el cirujano no tiene otra opción que amputar. Como con la mayoría de las cosas, no hay una solución fácil para esta condición.
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